Siempre me pregunté dónde estaría la fuerza de las ideologías (y llamo ideología a toda forma de la ideología), para convencer a la gente de tantas cosas absurdas y obligarla hasta a dar la vida por ellas. Y nunca había encontrado respuesta hasta que me di cuenta de que esta clase de preguntas solo puedo contestarlas mirando hacia mí mismo.
En algún tiempo yo también profesé algunas de estas colecciones de ideas ajenas, y también yo traté de imponerlas a los demás. Me miro a mí mismo en aquellos tiempos y pienso: ¿por qué lo hacía? Con este método es muy fácil encontrar una respuesta: lo hacía, descubro, porque para poder vivir en el mundo me parecía más fácil arreglar el mundo que arreglarme a mí mismo.
*Fragmento de Irrupciones