Tres semanas, 22 días intoxicados. Escuchamos mentiras, masticamos mentiras. Las compartimos. Con lo de las guerras digitales nos pasó igual que con el Calentamiento Global: nunca pensamos que iban a llegar hasta que llegaron. Y ahí están.
Basta hacer el ejercicio: colocar en el buscador de Twitter chavismo Chile y te llenas de joyas. Ésta, por ejemplo, que se ve aterradora pero que más suena a los incendios de Valparaíso. Y este otro, si lo que quieres es otra cosa.
La idea de la insularidad chilena es un imposible. Funcionará con el dengue y la fiebre aftosa pero no con las ideas. Y los miedos. Y resulta que así, de golpe, estamos en el centro de la mesa, y todo el mundo mirando que aparte de terremotos, acá lo que producimos son lacrimógenas y muchas bombas incendiarias.
Lo que sabíamos antes que partiera este mes venía de CADEM, todas las semanas, que medía quién caía, quién subía y quién seguía cayendo. Y los políticos estaban narcotizados con esa encuesta, y con las propias. Pero el 3 de octubre, días antes de los incendios, salió una encuesta sobre percepción y apropiación social de la ciencia y tecnología en Chile, hecha por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile y aplicada a 7.685 personas.
La encuesta es un acto que parece heróico, como medir cuánto sabemos de ciencia. Y es una delicia porque además hace una medición de la creencia en actividades no científicas y de carácter extraordinario:
En una lámina, por ejemplo, se muestra que la mayoría de las personas creen en la existencia de milagros y espíritus(72,44% y 60.90%); aunque no son tantos los que crean en el tarot, horóscopo, adivinación y las cartas para la adivinación (17,29%) y en que hay números traen suerte (34,18%). Poderes psíquicos (48,43%) y naves espaciales (41,62%) están ahí, casi en la quemada.
Por edades es más interesante: quienes están entre los 30 a 44 años son los que más creen en los espíritus (64,8%), los más fervorosos creyentes en milagros están en los mayores de 60 (74,9%). Y si es el corte por nivel educacional, el 60,4% de los que tenían educación superior incompleta o más cree en los espíritus, 66,6% en milagros; 50,9% en naves espaciales que vienen de otros planetas y 51,6% en personas que tienen poderes psíquicos o un sexto sentido para comunicarse.
La evolución es todavía más entretenida, si se compara con la anterior encuesta (lámina 49).
Eso era en la puerta del horno. ¿Cambió algo en lo que quedó de octubre? ¿Ha cambiado algo en estas tres semanas?
En este momento debe estarse escribiendo un libro sobre estos días. El asunto es el cómo. ¿Qué mirar aparte de las noticias, de las terribles noticias? Tiene que recoger a las barras bravas, las conversaciones en la calle, los plásticos quemados, los pasillos del poder y sus sonámbulos. Las mentiras y los mentirosos. Cómo contar algo así. Con banda de sonido y sin efectos especiales. Capaz que lo intentemos hacer acá, vaya a saberse cómo. Y cuándo. Pero será siempre un intento de mostrar cómo a veces Dios escribe chueco con renglones peores.