Las enfermeras hablan de la pesca apoyadas
en el mesón donde blancas titilan las luces.
Eduvigna se llama la enfermera que iba
al lago Rapel con una lata de café y una cuerda
para tirarla al agua, así se pescaba donde yo vivía
sin caña ni anzuelo más que el del tiempo
tu voz es una cuerda como la trenza de tu pelo
cae y se cuela en el sueño de los anestesiados
que allí desnudos permanecen con las carnes
recién abiertas. Un cuerpo en una camilla.
A quién pertenecemos en esa hora
Eduvigna en esas horas
a quién pertenece nuestra voz
cuando la boca se cierra abierta.
Dónde estuve todo ese tiempo
por qué largas calles sin hijos ni amor
en qué orilla se enfría mi cuerpo.
Nadie elige cuando entrar ni cuando salir
ha sido largo pero tus palabras Eduvigna
todavía murmuran y giran en el aire
tus imágenes viajan por un sendero brillante
como el oxígeno en las narices del despertar
una brisa nos devuelve a la vida
y tu mano Eduvigna
tu mano se parece tanto a la de los ángeles.
Estás aquí, estoy aquí
tu tarro, tu cuerda y tus peces
me han hecho volver.
Te imagino
lo primero que se ve
lo primero que se escucha
después de un largo silencio
se ama, Eduvigna
qué significa
de dónde viene tu nombre
ya no quedan enfermeras como tú
los médicos después de abrir y cerrar
no vuelven
el niño tiene a su madre
yo te tengo a ti Eduvigna
y a ti me aferro como a una balsa.