El final de febrero deja un inquietante reguero de videos con que la Presidencia ha intentado transmitir mensajes de normalidad. El problema es que el intento de darle protagonismo al Presidente termina justo donde iba a terminar: en un reality que funciona sin compasión y que recuerda a Truman Show, si Truman hubiera sido Presidente y hubiera estado metido en una crisis cósmica. Aunque en medio de la crisis se nota que hay alguien en La Moneda que valora el humor. Y la Historia. Es la explicación de esta necesidad de ir dejando registro, como esta llamada al director de la Onemi a mediados de mes.
Hace unas horas se difundió desde la Presidencia un increíble video en que Piñera visita a una familia de Santiago centro para conversar con ellos. Son beneficiarios del bono marzo. Y en la performance casi todo lo que puede salir mal sale peor. Para la Presidencia, porque para la Historia el video es perfecto. Es el retrato más fiel de qué piensa y cómo lo hace el Presidente en sus horas más oscuras, como le gusta decir al churchillismo santiaguino. Se ve a Piñera y su fragilidad sin mediaciones. Una señora le dice “usted está tan solo”; el yerno le recuerda que su partido está fraccionado entre el rechazo y el apruebo y Piñera asiente. Y él también cuenta cosas y se equivoca y hace chistes malos (el de los moscardones es para la posteridad). Se confiesa Piñera: reconoce que Cecilia Morel le dice todos los días que por qué volvió a La Moneda, dice que ha visto llorar a su familia y, cuando están hablando de Viña, el Presidente no se aguanta y cuenta lo que le contaron en La Moneda y que, se ve, no puede dejar de contarle a alguien que acaba de decir “Viña”: el Presidente revela que en una con las fuerzas de orden le dijeron que alguien quiere quemar la Quinta Vergara esta noche.
Es increíble, y hasta debiera tener al menos un lugar en las columnas de este fin de semana. Hasta debieran estudiarlo los abogados. El Presidente soltando una noticia, literalmente, incendiaria. Casi como gritar tsunami en la playa. O fuego en una estación del Metro. Pasó poco tiempo para que circularan videos de la ciudad jardín.
Ese no fue el único video que hizo Piñera el penúltimo día de febrero. En algún momento, probablemente antes de su visita a la casa de los beneficiarios del bono, se dio el tiempo para una llamada telefónica al Presidente de China, Xi Jiping, en la que le entregó la solidaridad del pueblo chileno ante la crisis del coranavirus. “Yo pienso que lo peor ya pasó”, evaluó la crisis china Piñera, explicando que había revisado algunas cifras para luego ofrecer doctores chilenos para enfrentar la crisis. El video muestra el monólogo de un Presidente rodeado de carpetas. Hay tantas que es imposible haberlas leído todas y una ruma de carpetas se ve casi es del tamaño del Presidente. Pero es una ilusión óptica, como casi todo lo de este verano.